viernes, 10 de julio de 2009

Día Mundial de la Población



El Día Mundial de la Población, que se celebra cada 11 de julio desde 1989, fue instituido precisamente con ese objetivo, con motivo de que el 11 de julio de 1987 la población mundial había alcanzado los cinco mil millones de habitantes. Ese mismo año 1987, la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo (CMMAD) alertó, en
Nuestro futuro común, de las consecuencias del rápido crecimiento de la población: En muchas partes del mundo, la población crece según tasas que los recursos ambientales disponibles no pueden sostener, tasas que están sobrepasando todas las expectativas razonables de mejora en materia de vivienda, atención médica, seguridad alimentaria o suministro de energía”.

Por lo tanto el objetivo de esta celebración, es
procurar centrar la atención en la urgencia y la importancia de las cuestiones de población, particularmente en el contexto de los programas y planes generales de desarrollo, y en la necesidad de encontrar soluciones a estos problemas. En el año 2000, la población del mundo era de 6.060 millones y continuaba creciendo a razón de más de 78 millones por año. Según las estimaciones de las Naciones Unidas, en 2050 habrá entre 7.300 millones y 10.700 millones de personas, siendo la proyección más probable 8.900 millones.



COMBATIR LA POBREZA: EDUCAR A LAS NIÑAS

Nadie sabe todavía cuál será la escala de la actual crisis económica mundial. Lo que sí sabemos es que las mujeres y los niños de los países en desarrollo sufrirán la mayor parte del impacto. Lo que comenzó como crisis financiera en los países ricos ahora se está profundizando y transformando en una crisis económica mundial que está afectando gravemente a los países en desarrollo. Ya está obstaculizando el progreso hacia la reducción de la pobreza.

Las respuestas en materia de políticas basadas en los papeles de las mujeres como agentes económicos pueden lograr mucho para mitigar los efectos de la crisis sobre el desarrollo, especialmente porque son las mujeres, más que los hombres, quienes invierten sus ingresos mayormente en la salud y la educación de sus hijos. Es preciso efectuar inversiones en salud pública, educación, cuidado de los niños y otros servicios sociales. Así se mitiga el impacto de la crisis sobre toda la familia y se eleva la productividad, lo cual conduce a una economía más saludable.

Proteger los adelantos ya logrados

Las inversiones en educación y salud para las mujeres y las niñas se han vinculado a los aumentos en la productividad, el rendimiento agrícola y el ingreso nacional, todos los cuales contribuyen al logro de los ODM. Las inversiones realizadas por los gobiernos de todo el mundo han elevado las tasas de matriculación escolar, reducido la discrepancia de género en la educación, acercado medicamentos que salvan vidas a las personas que viven con el SIDA, ampliado la prevención del VIH, distribuido mosquiteros impregnados con insecticidas para prevenir el paludismo y mejorado la salud infantil gracias a la inmunización.

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